Mitos sobre el tratamiento

A continuación se muestran los  mitos más frecuentes relacionados al uso de metilfenidato o Ritalín®. Cada mito se confronta con sus respectiva realidad.



Mito No. 1
MITO: Los medicamentos para tratar el TDAH causan adicción.
REALIDAD: Más bien, el uso de los medicamentos, principalmente el metilfenidato reduce la posibilidad de que en el futuro los niños abusen de las drogas o el alcohol.


Mito No. 2
MITO: Dar Ritalín® a los niños es una iniciativa de los gobiernos para controlar a la niñez y permitir ganancias millonarias a las farmacéuticas con quienes se encuentran coludidos.
REALIDAD: Todos podríamos fabricar metilfenidato (Ritalin®) si tuviéramos la infraestructura para hacerlo, los derechos de patente ya han expirado. Además, lo cierto es que muchos niños a los que se les prescribe Ritalin® en realidad no lo toman.



Mito No. 3
MITO: Una vez que a un niño se le prescribe metilfenidato necesitará cada vez más cantidad de medicamento.
REALIDAD: La dosis que se prescribe se calcula de acuerdo al peso del niño. Si la dosis es incrementada por el médico, es porque el niño subió de peso no porque se está haciendo adicto.


Mito No. 4
MITO: El metilfenidato es un fármaco poco seguro que produce múltiples efectos secundarios.
REALIDAD: El metilfenidato tiene medio siglo de haber sido aprobado por la FDA, la mayoría de las veces los efectos secundarios son moderados y desaparecen en unas semanas.


Mitos No. 5
MITO: El metilfenidato produce a la larga daños al riñón y al hígado.
REALIDAD: Como en casi todos los medicamentos, el hígado y el riñón participan en la eliminación de fármaco del organismo. Eso no quiere decir que estos órganos se dañen.


Mito No.6
MITO: No quiero que mi hijo dependa de un medicamento, quiero que sea libre como los demás niños.
REALIDAD: Todos los trastornos mentales, entre ellos el TDAH, coartan la libertad de los pacientes. El médico busca en realidad liberar a las personas de las limitaciones que produce la enfermedad.