Hoy, 17 de noviembre, se conmemora el Día Mundial del Niño Prematuro. Ésta es una excelente oportunidad para hablar del TDAH. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
La reciente clasificación de los trastornos mentales por la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-5) incluye al TDAH en una amplia categoría de problemas neuropsiquiátricos conocida como trastornos del neurodesarrollo.
Cada vez existe más evidencia científica de que en muchos casos de TDAH el daño ha tenido lugar durante el desarrollo embrionario del cerebro. Parece ser que la presencia de condiciones adversas en torno al embarazo y al parto, como por ejemplo la prematurez, está relacionada con déficits en áreas del cerebro que se encargan de realizar una serie de tareas conocidas como funciones ejecutivas, las cuales muestran un funcionamiento deficiente en los niños con TDAH. Debido a estos déficits en las funciones ejecutivas los niños no pueden controlar su inquietud, se distraen con mucha facilidad y no pueden frenar fácilmente sus impulsos. Muchas veces estos problemas se hacen evidentes antes de entrar a la primaria.
Todo apunta al hecho de que la prematurez y otras condiciones adversas previas al parto o durante el mismo (lo que se conoce en la terminología médica como “sufrimiento fetal”) pueden generar en etapas posteriores del desarrollo el síndrome característico del TDAH.
Un niño que nace prematuro (antes de la semana 37 del embarazo) debe de recibir cuidados especiales así como un seguimiento estrecho por un pediatra que sea experto en desarrollo infantil. No es raro que estos niños sean también atendidos por neurólogos debido a otras condiciones médicas relacionadas con la prematurez (por ejemplo retraso en el desarrollo psicomotor –no es raro que los niños prematuros se retrasen en aprender a caminar y a hablar-, parálisis cerebral infantil, epilepsia, etc).
Es importante que los padres de niños prematuros tengan presente que si al ingresar al jardín de niños o a la guardería, reciben quejas de sus hijos de manera continua sobre su inquietud, falta de atención e impulsividad, consideren una evaluación por un especialista con experiencia en el TDAH, preferentemente un neuropediatra o un paidopsiquiatra. Del mismo modo, si un niño con antecedente de prematurez se retrasa en el aprendizaje de le la lecto-escritura, es necesaria una evaluación.
Recordemos que el TDAH es un problema que puede tratarse exitosamente y con ello mejorar la calidad de vida de los niños que lo padecen.
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