A un niño con TDAH lo que más le falta es estructura, por ello necesita contar con orden, unos padres organizados, reglas muy claras, rutinas y aprender a predecir las respuestas de los padres por sus actos.
Fije horarios para levantarse, comer, jugar, ver TV y acostarse.
Simplifique las reglas. Si va a dar una regla hágalo de manera simple.
Asegúrese que las reglas o instrucciones sean comprendidas.
Premie el buen comportamiento del niño. Los premios para estos niños deben ser concretos y confiables. No prometa algo a largo plazo, las promesas a largo plazo pierden su efecto. Puede hacer una gráfica con puntos para un buen comportamiento o usar fichas o puntos que sean canjeables por algo que él elija.
Procure supervisarlo en todo momento.
Fije un lugar para hacer la tarea lejos de distracciones (TV, video, juegos, radio, ruido).
No elimine ningún alimento de la dieta del niño (incluyendo golosinas), los niños con TDAH pueden comer exactamente lo mismo que come un niño sin este problema. Los niños se sienten muy frustrados si se les prohiben los dulces, los chocolates, alimentos con cafeína o los refrescos. Como todo padre, solo asegurese de que el consumo de éstos alimentos sea moderado y que su hijo reciba una alimentación balanceada.
Estimule la atención de su hijo con juegos de memoria, rompecabezas, crucigramas, ajedrez o cualquier otro juego de estrategia. El niño debe entender que el esfuerzo mental puede ser divertido.
La práctica de un deporte es buena como para cualquier otro niño. Es necesario entender que la finalidad del deporte no es cansar o agotar las energías del niño para que se mantenga más tranquilo, habitualmente no funciona así. Sin embargo el deporte tiene muchos beneficios en la salud física y psicológica de los niños. Deje que su hijo elija el deporte que más le interese y aliéntelo.
Papá y mamá deben ser siempre un equipo. El niño tiene seguridad al saber que sus padres están de acuerdo en la forma de educar, ya que si mamá dice una cosa y papá otra se confunde más o aprende a manipular. Esto es importante aún cuando los padres están separados o divorciados.
Los padres deben mantener contacto estrecho con la escuela, deben solicitar información por escrito relacionada con la conducta y el rendimiento académico de su hijo. Los maestros pasan muchas horas al día con sus alumnos, en ocasiones más que los propios padres, por ello es de mucho valor la información que los maestros puedan proporcionar. Es de mucha utilidad que esta información se le haga llegar al médico.
En caso de que su hijo ya esté bajo tratamiento farmacológico, debe supervisar constantemente que tome los medicamentos prescritos por el médico. Los niños no son responsables de la toma de los fármacos.
No se alarme por la información que encuentre en Internet en torno a los medicamentos psiquiátricos infantiles. Habitualmente la información es errónea. El médico es un especialista que siempre utilizará medicamentos aprobados para su uso en niños.
No disminuya las dosis de los medicamentos por recomendaciones de familiares, amigos u otras personas, al hacerlo el efecto puede ser nulo y esto retrasaría el proceso terapéutico.
No combine los fármacos prescritos por su médico con tratamientos naturistas u homeopáticos (a menos que su médico lo autorice) . Los extractos de plantas pueden ser igual de tóxicos que cualquier compuesto químico. Algunos extractos contienen sustancias aún no completamente identificadas y pueden tener interacciones con los medicamentos.
Si sospecha que al igual que su hijo usted también padece un problema de salud mental, solicite una valoración psiquiátrica. Recuerde que el bienestar emocional de los padres y familiares es muy importante para la recuperación de los niños.
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