⏳Se acerca el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad🧬 🧠(13 de julio 🗓). Estamos organizando 📝🤔 una serie de transmisiones en vivo 📶🌐para contribuir con nuestro granito de arena en la divulgación del conocimiento 🗣 sobre este trastorno. ¡Tendremos grandes invitados! Estén al pendiente 👀, pronto daremos a conocer el programa 📝
Ser mamá o papá de un niño con #TDAH representa un desafío enorme, muy superior al que se enfrentan los padres de niños sin esta condición. Los padres de niños con TDAH a menudo necesitan mayor tolerancia, más paciencia, más capacidad para ser flexibles, mejor manejo de las propias emociones, más capacidad para negociar (como si los niños con TDAH ya fuesen adolescentes), incluso implica la capacidad para dejar que a veces el niño “se salga con la suya” con la finalidad de contener un berrinche o un episodio de explosividad que parece prolongarse mucho o salirse de control. La crianza de los niños con TDAH puede ser agotadora pues requiere que los padres constantemente se estén adaptando a las demandas del niño. Ante la mirada de otros adultos (abuelos, tíos, amigos, maestros, o la propia pareja), los padres de niños con TDAH parecen estar malcriando a sus hijos y debido a ello reciben muchas críticas. Es irónico que las críticas más agudas provengan de padres de niños ¡que no tienen TDAH!, como si ellos fuesen expertos en el manejo de esta condición. Los padres de niños con TDAH, antes que ser criticados, necesitan encontrar personas que los comprendan, necesitan rodearse de personas que reconozcan su esfuerzo y que les ayuden a comprender que la conducta de sus hijos no depende siempre de lo que ellos hagan. Solo así podrán deshacerse de los sentimientos de culpa y sentirse más competentes en sus funciones parentales.
…Quizá antes de seguir hablando sobre «déficit de atención», debamos hablar primero sobre el déficit de psiquiatras de niños en las instituciones públicas dedicadas al cuidado de la salud mental. En muchas de estas instituciones -por no decir en todas- predominan por mucho los psiquiatras de adultos y apenas cuentan con uno o dos psiquiatras de niños. Ante este escenario, la probabilidad que tiene un niño para acceder a un servicio de psiquiatría infantil (y de calidad mejor ni hablamos) es muy baja. Casi podríamos decir que un niño con un trastorno mental debe esperar a ser adulto para tener por fin acceso a la atención psiquiátrica. De hecho, así sucede. La mayoría de los adultos con trastornos mentales iniciaron sus síntomas cuando eran niños o adolescentes y no recibieron ningún tipo de atención. A todas luces la estrategia de estas instituciones de salud está totalmente equivocada. Está al revés. El costo personal, familiar y social de esto es muy alto